RAFAEL AURALEÓN

Javier Alcázar, subdirector de la revista Tebeosfera, editorial dedicada al estudio de la historieta, se ha puesto en contacto con nostros, los Valera. Además de artículos, reseñas y entrevistas, están elaborando el mayor catálogo del cómic español existente hasta la fecha. El motivo de preguntar por Auraleón es para recuperar su figura y su obra en un artículo. Están intentando encontrar a familiares y amigos que les ayuden a profundizar en la persona, puesto que poco se sabe aparte de su material publicado y su trayectoria en S.I. Pero también les interesan el resto de autores con trabajo agencial, y las agencias en sí mismas.

Dejo aquí el artículo enviado a la editorial:

RAFAEL AURALEÓN
CALDO DEL CULTIVO PARA PEDRO VALERA
texto por David Valera


Los nuevos ilustradores prefieren los álbumes de sus autores preferidos. Y mi padre era un gran admirador de Rafael Auraleón.

Sus casas, una de la otra, estaban situadas a escasos metros. Auraleón vivía en la calle Urgell, y mi padre, de alquiler en la calle Viladomat. Los dos vivían situados entre Gran Vía y Diputación. Los dos mantenían un vínculo de amistad, entre lo asiduo y lo esporádico. A veces quedaban para tomar café, o para cotillear en ese circuito de librerias especializadas del barrio.

Fantasía, terror, mutación, psicodélia, gótica y futurismo, son algunos de los géneros de culto surgidos de la mano de un rite del cómic europeo. Alberto Breccia, desde Argentina, lo és en el mundo entero. Y Rafael Auraleón, desde Barcelona, también. Obras infinitamente amplias y complejas habitan entre míticas novelas de excelencia poética.

Aunque pocos estaban dispuestos a sacrificar su salario por lanzarse a ello, era necesario producir un oficio y técnica en los nuevos dibujantes de cómic. Los arriesgados, sufrieron la censura absoluta y lo pasaron mal durante los años en los que se desarrollo el cómic ilustrativo. Pocas agencias independientes podemos citar en los 50. Bardon Art, The Illustrated, Gallardo, Grupo Premiá 3 o S.I. (Selecciones Ilustradas). En los 60, Rafael Auraleón empieza a dibujar los guiones de Luis vigil, en las filas de la prestigiosa agencia S.I. Sólo el riesgo y la especialización a llevado a crear este fenómeno minoritario.

En aquellos años 70, jazz, pintura y la ilustración. Se les encuentra entre el barro del suburbio barcelonés. El ritual popular de asistir cada domingo a la mayor exposición cultural de Barcelona. El Mercado de Sant Antoni, uno de los sitios más singulares de Barcelona, centralizó las décadas de los 60 hasta los 90. Normal que abundaran seguidores de cualquier género a la caza de un abanico de ilustradores que eran recopilados y se apilaban en los estantes de los tendederos, o bien, en librerías especializadas como "Torradas".

Mitad de los años 70. El pleno auge grafico-narrativo de Barcelona. La escuela de Coloristas. El boom de ilustradores españoles con proyección internacional, gracias a los viajes de Josep Toutain a Londres, con los dibujos de los suyos bajo el brazo. Largas reuniones con Jim Warren (Warren Publish). Así, Warren aterrizó a la sede de Selecciones Ilustradas, en Barcelona, y se llevó a Pepe Gonzalez, Sanjulián, Juan Jimenez, Esteban Maroto, Josep Maria Bea y el propio Auraleón. Auraleón aparece en la revista americana de Warren y Vampirella. Sus clásicos rasgos de terror y poesía gótica fueron mezclados con la fantasía y el ocultismo para ofrecer al público español la especialización del cómic de terror y ciencia ficción internacional. Cercanos a la imagen de Warren Publish con las ediciones españolas de Vampirella, Vampus, Dossier Negro, Rufus, Kung-Fu, Spirit, 5x Infinito, Delta 99, Sunday, Shock, Riffle, Rosas Blancas y Nueva Dimensión, por nombrar algunas.

Será el propio Jim Warren quien cite a Toutain en Londres para elegir este título corto inspirado en la novela de George Orwell “1984”. En abril de 1978 se publica en Estados Unidos el primer número de “1984”. ¿Dónde se oculta el secreto del cómic donde el argumento se mantiene mediante una imagen fija y el ingenio debe expresarse en una sola acción? La respuesta puede resultar compleja, pero la figura del guionista resulta esencial para acercarse a la obra maestra. Cuidar las instrucciones ambientales necesarias, la personalidad de cada uno de los personajes, los problemas de compaginación y extensión que proporciona cualquier editorial. Idear el texto mínimo indispensable para no ahogar cada una de las viñetas, una media de 5 por página.

En los 80, Auraleón goza de status gracias a sus publicaciones en el mercado francés, Creepy, Totem, Pilote. Y es que Creepy es francesa, y no americana, como mal se indica. Las ilustraciones de Auraleón también irrumpen en el mercado británico, en publicaciones como la inlgesa Eyre. Por otro lado, mi padre era un ilustrador constante en el noble arte del oficio, no académico, no profesional, y sólo había obrado algunos esbozos con el maestro Auraleón. Unos ensayos que no llegaron a publicarse. Mas tarde, otras ilustraciones de Pedro Valera aparecieron, puntualmente, en filas editoriales como Rambla, y El Cairo, gracias a los contactos del propio Auraleón.


El cómic internacional estaba en uno de sus peores capítulos, ya que la continua subida del precio de las materias primas desde Estados Unidos estaba afectando muy directamente al coste del papel. Rafael Auraleón publicaría su última historia en 1984. Estaba harto, quiere romper con todo su pasado. Se deshace de toda su colección de tebeos. Él ya no quiere quedar con nadie, tampoco lo interesa nada de lo que ocurre. Quiere desaparecer del mapa. Sobre el tema, mi padre lo llamó por teléfono y tubieron una larga charla. Más tarde quedaron para tomar un café. Auraleón le entregó una carpeta con sus 200 láminas originales en papel vegetal. Eran las 200 láminas donde aparecen esbozados todos los personajes que aquellos editores habían exprimido por todo el mundo. Dentro de la carpeta había una carta, la célula de un proceso separación entre él y su mujer. Auraleón le confesó, "todas las épocas marcan un tiempo", "ya no quiero dibujar más", "mi cabeza tiene un límite y no está preparada para crear nuevas historias".

Auraleón quiere romper con todo su pasado, volver a nacer, centrarse en la pura distracción que te ofrece la propia vida. Hacer un borrón y vivir un nuevo presente. Auraleón acabó asqueado del trabajo repetitivo, de la creación de personajes que no le llebaban a nada, de las políticas de presión, derechos de explotación y machaqueo de la propia industria. Rafael Auraleón lo tenía claro sobre el futuro de todos sus dibujos originales realizados en esas tres décadas. Bien iban a la basura. Bien, vendidos a coleccionistas con aurea de charlatán. Bien, enterrados en una balda de un viejo rastro de segunda mano. Mi padre, al ver que Auraleón iba en serio, le intentó convencer en la idea de un acuerdo económico, antes de que fuera a la basura. Auraleón le marcó un precio simbólico, 15.000 de las antiguas pesetas (90 y pico euros). Irrisorio. Auraleón le había confiado su carpeta, su trayectoria, con el beneplacito de que su trabajo fuera a parar en unas manos limpias, de un admirador como lo era mi padre. Poco mas tarde, Auraleón entra en una grave enfermedad de transtorno y depresión. Mi padre, pierde el total contacto con él.

Josep Toutain a principios de los 90, arriesga empezar con una nueva editorial, Zinco. Mi padre intuye la posibilidad de que Toutain edite el material, la carpeta de Auraleón. Escribe una carta dirigida a Toutain, adjuntando fotocopias de dichos originales. La contestación de Toutain no tarda en llegar. Y es no. El género no aguanta las pérdidas de dinero. Aparte es imposible reeditar el material de Auraleón publicado en los principios de S.I. Las planchas y los fotolitos están, o deteriorados, o bien perdidos. Transcurridos sólo 19 números, cierra ZINCO tras la crisis total del género cómic. Solo aguanta Cimoc, que también tiene su muerte anunciada en su número 176, diciembre del 1995, concluyendo sus 15 años de vida.

Los puntos habituales de venta de cómics, malvendieron y se desprendieron del género para dar entrada al boom nipón. El Salón del Cómic pagó de igual forma dando prioridad a las nuevas tendencias. Un cambio que conducía a la desaparición y el olvido.

En 1997 muere Josep Toutain. Seguido de una dolorosa noticia, con un retardo de diez años, el suicido de Rafael Auraleón.

La obra de Rafael Auraleón forma parte de nuestro pasado, presente y futuro. De padre a hijo, como es el caso.


PD: dejo el link de Pedro Valera:
http://www.myspace.com/pedrovalera