JOSEP MARIA BEÀ


scanner y colección Thabeat Valera

Josep Maria Beá vive en un barrio muy hortera de la ciudad condal. En realidad, Beá, no sólo no podría vivir sin su gato, sino que según afirma de forma tajante y definitiva, él mismo es la prolongación de la vida de un gato. Y otra cosa, aunque alguna vez te lo hayan asegurado, Beà no está loco.

A Beá le encanta evadirse de la realidad con su terror y fantasía. El cómic, la música, la pintura, medios que le permitieran buscar aspectos, perspectivas más irreales de la vida.
Es un tipo inquieto, formado e inconformista, y también uno de los pocos autores españoles que ha estudiado en la Academie Julián de París, en los revolucionarios sesenta, así que no debe extrañar que la mayoría de sus maestros, sin olvidar a Alex Raymond, sean pintores.



ENCUENTRO EN LA PRIMERA FASE

Empezó a publicar sus historias de terror en publicaciones como Nueva Dimensión. Más de una vez ha abandonado la historieta pensando que era un retroceso cultural. Menos mal que un día se encontró Enric Sió –otro que tampoco está loco- y con Esteban Maroto y entre los tres juntaron los suficientes esfuerzos como para empezar la revista Drácula. Pero como Beá seguía estando triste y demasiado insatisfecho, otro año dedicado de nuevo y en exclusiva a la pintura. Debía ser porque la gente que entonces le interesaba, los ilustradores ingleses, los pintores victorianos y otros, no tenían nada que ver con el cómic.

Beá se había percatado de lo serio y lo difícil que estaba el mundo del arte. La batalla que había que librar le pareció dura en exceso y, por aquel entonces, no tenía fuerzas para tanto. Total, que estaba claro que la profesión hacia un cómic de autor. Beá se matriculó en la editorial Selecciones Ilustradas de Josep Toutain y Luis Vigil. Debía sentirse fuerte a la hora de experimentar con collages, frotages y tramas.



El boom de ilustradores españoles con proyección internacional, gracias a los viajes de Josep Toutain a Londres, con los dibujos de los suyos bajo el brazo. Largas reuniones con Jim Warren (Warren Publish). Así, Warren aterrizó a la sede de Selecciones Ilustradas, en Barcelona, y se llevó a Pepe Gonzalez, Sanjulián, Juan Jimenez, Esteban Maroto, Rafael Auraleón y el propio Beá, que encontró fortuna en las páginas de la editorial Warren: Creepy, Vampirella y Eeire (USA). La esfera de Beá andaba metida en continua experimentación, incorporó otros conceptos gráficos provenientes de la pintura o el grabado.

En 1982 funda y dirige la editorial Beá & Editores junto a Luís García. Esta vez Beá debía estar de bastante buen humor. Es curioso, porque hasta la falta de despiste provoca despiste. Ha sido editor de las revistas “Rambla”, “Rambla Rock”, “Rampa”, “Caníbal y “Gatopato”. José Maria Beá, o bien, Josep Maria Beà es un hombre que se conoce bien a si mismo y esto le lleva normalmente a no saber lo que va hacer mañana. En 1986 y ya en solitario, crea la maravillosa editorial Interimagen, desde donde estaba realizando la adaptación de su obra “Historias de Taberna Galáctica” para TVE, en versión cinematográfica.



EL KAFKA DE MARTE

Tendido en horizontal, y en esa posición aparecen imágenes insólitas que luego se convierten en el núcleo de sus personajes corrosivos. Ve una cosa, una cosa rara y a partir de ahí desarrolla una historia. De verdad, no está loco, es que es un gran amante de lo absurdo, de lo grotesco, de lo surrealista. Josep M. Beà, es autor de las siguientes obras editadas en álbumes y libros: “Historias de Taberna Galáctica”, “Sir Leo”, “Meter Hipnos”, “En un lugar de la mente”, “La esfera cúbica”, “Once nombres”, “Mediterráneo”, “El estado de Joey”, “Fobia”, “Siete vidas”, “Seres, dioses y espacios”, “Norton”, La técnica del cómic”, “La Muralla”, “Noches de Insomnio”, y otros desconcertadores títulos. Si es que al final son más de verdad los marcianos. Estos de aquí si que son extraterrestres.



Beá es un absurdista de vocación, y no sólo de profesión, lo que quiere decir que, no es que le guste dibujar tipos raros, humanoides o paisajes imposibles, sino que con ello expresa toda una forma de ver la vida. La curiosa filosofía con que Beà analiza la vida, su intelectual y crítico sentido del humor y sus valores humanos, que se proyectan en sus obras, convierten a este autor en uno de los más insólitos creadores. Toda su obra está encaminada a despistar. Beá va de raro y, ya se sabe, créate una fama y échate a dormir. Beá se hecha en posición horizontal. La única diferencia es que no duerme.



SERES, DIOSES Y ESPACIOS
Aportaciones de H. P. Lovecraft a un conocimiento del cosmos por Josep M. Beà y Josep Lorman. Una galería de personajes inolvidables. Héroes y cobardes. Vencedores y vencidos. Seres que reviven sus dramas en una obra maestra de templo. Criaturas descomunales cuyo aspecto no tiene nada que ver con el humano. Beà cubre su forma material mediante una especie de tejido de color neutro que parece flotar en el vacío, donde el tamaño del horror se vuelve cosa de macumba brasileña, ya que mezcla elementos Loftcraftianos con tránsfugas del universo. Lo importante, pienso, es contar cosas.