FASIM
















entrevista por Thabeat Valera
artwork por FASIM

A llegado una nueva era en el arte plástico con una temática asentada principalmente en la innovación. Es bueno apreciar su estructura, disfrutar su arte narrativo, pero es mucho mejor sufrir sus consecuencias sin ser advertido.

Tiene el aspecto de un caballero español, y lo es. Tiene una edad insolente aún para quienes cuentan menos que él. Este hombre, ni viejo ni joven se llama Germán pisando la arena de su playa. Aunque, si hubiera sido peludo y monstruoso, habría dado igual. Es la historia de Fasim, de un alpinista de las artes plásticas. Es la historia de su mundo fantástico, el estudio de los tonos blanquinegros, pasando por el tratamiento del color, que llega a la confección personal, sin caer en el mero esteticismo. Y con su compromiso de sacar a luz la oscuridad de las catacumbas expresivas. Si colorear catastróficamente fuera un delito, Fasim llevaría mucho tiempo metido en la cárcel.









































FASIM
SUBSISTIR EN TU PROPIO CUADRO

Lo conocí por el nombre prohibido de Fase, hace más de dos décadas atrás. Siempre nos veíamos torcidos, solo con un ojo y con doce neuronas adormidas. Se da el caso de que encajonamos como juveniles subterráneos, cuando ante todo se trata de un estilo ágil, fresco y desnudo, impecablemente dibujado del lado más salvaje y descarnado, en uno de aquellos veranos perdidos en el momento glorioso de éxtasis pernicioso barcelonés. Los hay que no necesitan tales sistemas para contar bien una historia. Yo, con un cierto desorden de delirantes fantasía venusianas, selenitas y de toda la retahíla prohibida, era un recién llegado ha su sede de formidables perturbaciones magnéticas, con la glacial, con las innumerables montañas tenebrosas, borrascosas, horadadas por cavernas inquietantes, donde todo es hostil, peligroso, mortal.




















Llevo en el interior de mi cabeza, desde mi infancia, una araña tan grande como mi estúpido cerebro. Jugaba y pulsaba con refinada exquisitez, de maligno origen, sobre relieves y papeles para siluetas que enfrentan los misterios del surrealismo esotérico de Giger y Beksinski. Hay algo especial en el terreno prohibido. Algo perverso, incluyendo el choque de este caótico submundo.
Ay señor, el infierno… El infierno es no tener ahora aquellos quince años de edad . Pero como nunca se ha dejado de viajar, este retorno tiene ciertas características especiales a una reflexión de su actitud militante junto su comité de talleres vidriosos y oscuros. Algo había cambiado en las calles y en el color del cielo. Eran los noventa y la compañía transportadora de caudales, donde transportábamos el preciado tesoro lisérgico contracultural. Es que hay muchas formas de drogarse, pero hay una especie de trance donde Fasim toma las riendas. Puede ser algo más allá de la conciencia, o quizás los dioses que no existen, el genio o qué sé yo. Él es la inercia de los pocos españoles que aparecía en las páginas de publicaciones internacionales.





















La coña consiste en saber identificarlo y adivinar quien es el marco oscurantismo de Fasim. Culto y poseedor de una lujosa galería de arte dentro de su submarino, el sumo sacerdocio de la contracultura española. Está lo suficientemente comprometido, lo bastamente marginal. Responde a un arte profundo y penetrante, tentacular, viscoso y retorcido. Y las admiraciones siempre se han caracterizado por buscar un compromiso. Yo no creo que haya etapas nuevas, ni cambios radicales, sino que constantemente está influido por las circunstancias cotidianas que le rodean. Son cosas muy apocalípticas y perturbadoras, y las situaciones surgen y se extienden a borbotones.

Mira, yo creo que en este país quieres funcionar, no hay que olvidar lo que estéticamente nos marca a toda una generación. El problema es que no lo puedes prever demasiado porque siempre has de descentrarte de toda esa mierda tendenciosa, vulnerable, patética. Somos autodidactas, con las pintas de haber dejado la camioneta de reparto en la esquina. Bueno, podemos aplicar todo esto a que no asistimos a ninguna universidad del arte.

A mí, en las escuelas siempre me echaban. No podía reunir ni siquiera lo suficiente para ser un degenerado y pagarme un poco de elixir paregórico o unas anfetas para ir tirando. Es que es tremendo, oye, en lo que quiere la gente que te conviertas. Te enseñan a pretender convertirte en alguien. Fasim tiene las fuerzas sobradas para haber pintado mucho, demasiado, por eso le aburren las ambiciones del personal. Y para mi no tenía ningún valor hacerle algunas preguntas formales: que pintores aprecia más, qué condiciones debe cumplir un pintor para tener valor. En nuestros encuentros había un castillo construido con tierras y conchas, un escarabajo negro y pulido.

Fasim y Thabeat. Seres informes de oscuro color se retuercen por el espacio con cualquier viajero tinto crianza, mas las veces entre sorbo y sorbo, que les hace boquear y lanzarse contra cualquier objeto que excite curiosidad. Estamos poseídos por nuestra deidad aguda. Largas horas de poesía sentados en su negro trono, en el centro mismo de nuestro caos interior donde ningún sueño, por terrible que sea, posee la facultad de dar nuestro sinnúmero de formas distintas y cambiantes. Y tan sólo mediante la simple concentración mental.

Fuiste de los primeros escritores, con acierto, en revolucionar el graffiti hexagonal y salvaje a mano alzada, en la estela de quienes lograban sobrevivir algún tiempo por sus propios medios. A modo de restos de un apocalíptico naufragio, y a cierto nivel de importancia artística, cuéntanos tus primeras experiencias con el dibujo. Creo que merece la pena detenerse a explicar cómo fue aquella época, y lo que podía significar para un muchacho como tú, aquello.


La época del Graffiti en mi vida fue en primer lugar; La libertad, la huida hacia mi destino en la pintura, el doblegar la voluntad paterna, como un combate de boxeo de voluntades, ¿sabes?, me explico, para hacer lo que tu quieres en la adolescencia siempre tienes que pelear muchos asaltos y dar el K.O. si quieres seguir, porque si no se te hará hacer lo que otros quieren y eso para mi es castración y locura ajena ante mi voluntad de acero y escurridiza como una rata. Este era mi caso, con 15 años ya nos colábamos en el metro a pintar trenes y salíamos tarde de casa, como comprenderás para mi era muy difícil, me tenia que escapar por la ventana de mi habitación que era un bajo, en plena noche, después volver a casa lleno de mugre y de pintura para recibir la santa bronca a las 8 de la mañana. Pero lo hice durante años, con los correspondientes malos rollos y hostias que acarrea el enfrentamiento. Por eso quizás aun me crecía más y llegaba cada vez mucho más lejos.

Mi vida en esos años 80 barceloneses la recuerdo muy bien (sin nostalgia, pues la viví DEMASIADO intensamente), era un pequeño Huckelberry Finn, siempre metidos en el metro y en los trenes, firmando, robando “taggers”, andando por túneles, sabíamos todos los trucos del metro, hacíamos correr a los seguridad que nunca nos cogían (J.J. Bros), fumando porros y a veces durmiendo en los trenes. Teníamos todo un submundo hecho a medida, pequeños pillos que se las ingenian de maravilla en el mundo de los adultos e imponen el suyo propio. Robábamos cantidades insolentes de botes tío, eso si era divertido, ya te digo, cantidades bastante abrumantes, llegaba a tener 100 latas en mi casa, jeee… Imagínate, un niño con una pequeña fortuna en su pequeño cuarto, antes los sprays valían 800 pesetas, las grandes, mis abuelos flipaban.

Pero esa ha sido la constante en mi vida, sortear los contratiempos y salirme con la mía siempre, si has leído “La conjura de los necios”, que seguro que si, sabrás que dice por ahí, “Se descubre a una persona inteligente cuando ves que todo el mundo esta cabreado con el”. Pues eso.
Pero aparte de “eso”, debo de contarte una historia para que entiendas entre que parámetros me muevo a la hora de crear, creo te va a gustar; Me encerraba en mi habitación y me tiraba mil horas haciendo que estudiaba y me liaba a hacer unos dibujos muy extraños, empezaba una cosa y se parecía a otra y así continuamente, hasta llegar a formar algo parecido a ahora, mezcla de Graffiti y de abstraccionismo gótico, letras con dibujos hasta llegar a formar un todo, toda una pieza con mil piezas fragmentadas, tenia los libros de texto TOTALMENTE bombardeados, hasta el punto en que me tuvieron que comprar unos nuevos tras previa reunión con el director.

Me sudaba la polla en que clase estuviera, siempre me ponían en el ultimo lugar y dibujaba en todas las clases ausente y anárquico, al final, hartos de mi me echaban y seguía dibujando en las escaleras con el frío y la soledad, HABIA VENCIDO, así es como quería estar y esa fue mi verdadera primera escuela, evidentemente suspendía hasta gimnasia, jajjjaja. Y leía, leía bastante para ser un niño, me abstraía con gran “fatalidad” en el dibujo y en la lectura, en mi cuarto he navegado por los mares del sur y abordado barcos sin piedad ninguna para los prisioneros.
A la hora de crear me pasa lo mismo, me sumerjo dentro del cuadro LITERALMENTE, soy el cuadro, el pincel es solo un esclavo, mi mano es una prolongación de mi mente que viaja con el ojo “capturando” las imágenes que se me sugiere misteriosamente por submundos desconocidos y figuras inquietantes, un barco a la deriva que consigue llegar a puerto sin velas y sin mástil, pero que incomprensiblemente, llega.

Una vez en LA MAKABRA donde viví un año, colgado de L.S.D., tuve que girar un gran 2x2 metros, con muchas figuras porque en mi delirio me invitaban a entrar, había un gran fiestón lascivo y decadente allí dentro, todos bailaban y reían maliciosamente, animándome a entrar en mi propia creación, me asuste de verdad, me arrepiento de no haber entrado, de no tener el valor suficiente de cruzar el espejo, jejjjeje…


jajajajjj Dibujar es una revelación del alma, de tu situación personal. Sentimos la necesidad, la obligación de ser nosotros mismos. A los ocho años podía dibujar ojos cerrados, caras sudadas, vértices, penetraciones, felaciones, órbitas sexuales, la desviación, todo lo que era alegrar los bajos, y sin haber practicado su caldo brujo ni su calor. Admiraba las agitaciones sexuales impartida por la chapuza y la lisergia de Herikberto, los tiempos duros de nuestro querido Luís García, o bien el hervor de Funny Valentine de Guido Crepax. No es sólo el depósito de nuestros sueños, ni todo es soplar y hacer botellas. Los caballeros pagan a las putas para que hagan cuadros. Y a mí me gusta pensar que la imaginación abre sus puertas, y nunca mejor dicho, porque así lo decide. Su capacidad de naturaleza, la envidia por su manera de gozar. Desde entonces me gusta viajar en platillo volante con la mujer femenina, interior y exterior. La masa está siempre equivocada y además corre el riesgo de que la equivoquen. A pesar de ir vestidos y llevar teléfonos, el hombre está diseñado para tirar adelante con la especie. Por eso muchas veces cuando miramos a esa mujer pasar, nuestra información genética nos dice hembra, y entonces queremos inseminar a pesar de nosotros mismos. ¿Cual es el papel fundamental y sentimental de tu arte?

Bueno, para responderte a eso en su totalidad tengo que remontarme a mi infancia (mas adelante se revelara su sentido), donde sentado en la taza del WC en la casa de mis abuelos paternos, en los 80 en el barrio Barcelonés de la Trinidad, donde vivía, mientras cagaba me entretenía mirando en el jaspeado alucinante de las losas antiguas del suelo, ya sabes, esas que son marrones a tonos mas claros y oscuros a topos que tienen mil formas, e imaginaba cosas, imaginaba todo tipo de figuras imposibles pero para mi muy posibles, entre figurativas y abstractas. Recuerdo que tenia algunas “capturadas”, las reseguía con lápiz en un intento de inmortalizarlas, pero mi empresa y mis primeras “obras” se veían continuamente frustradas. Mi abuela, pulcra abuela de barriada, al fregar el lavabo desaparecían de nuevo y tenia que reseguirlas una y otra vez por que para mi eran muy importantes, pese a los pescozones que recibía, también, una y otra vez.

Recuerdo en especial una muy clara, ¡era mi favorita!, era un perro que con la oreja y el morro también formaban una pistola del oeste, un colt-perro alemán, era brutal y aun la he visto cuando he vuelto a cagar en ese lavabo pequeño y lleno de recuerdos, claro que ahora si me pongo puedo ver al Papa bailando gravemente o a los gnomos haciendo una orgía sin Blancanieves, entre otros cientos. Siempre he tenido una fantasía desbordada, una imaginación que me conllevo un sinfín de problemas sociales en mi infancia.

Todo esto ocurría mucho antes del Graffiti.
Siempre he visto otras formas en las cosas, el desdoblamiento imaginativo y consciente de la realidad que sabe a poco. Un juego de la mente, un poema sin pies ni cabeza pero de tres patas. Años después vería figuras retorcidas, rostros, aberraciones sufrientes, risas hilarantes, monstruos-persona-sombrero, sexo, pollas, coños, culos, gente de otra época con sufrimiento antiguo, animales-humanos, etc… el dramático y trágico desfilar de la humanidad. Era mi juego secreto, un juego del que nadie de los adultos que me rodeaban era consciente ni podía jugar a el. Después del Graffiti, a los 21 años empecé en serio con la pintura, el Graffiti se me había quedado pequeño, había llegado a mi limite, saciado y aburrido, ya se que esto puede extrañar a muchos, pero también pasa con alguien de alma creativa muy inquieta. Pinté en silencio durante años sin ánimo de lucro ni de fama y buscando un “posible” lenguaje propio, mas acorde con mis obsesiones latentes. Pase por todo tipo de influencias pictóricas, desde Picasso a Chagall, de Tapies a Basquiat.

Vivía solo y me compraba muchos libros de pintura y de literatura que absorbía con avidez, iba a los museos de Barcelona solo, mi gran amado Museo de arte Moderno, recorría las galerías de la calle Consell de Cent, las galerías del Gótico y toda exposición que me interesara, iba a saciarme de los pintores en directo (que es mejor que mil escuelas) y volvía a casa encendido y loco por pintar. Admiraba en secreto a esos pintores que tenían un lenguaje propio y que me pulsionaban en silencio y detestaba a los mediocres que no conseguían arrancarme ni un ápice de sentimiento por pequeño que fuera, entre ellos muchos del Graffiti nacional e internacional.

Debo decir, que antes nadie se interesaba por la pintura-pintura ni por la literatura en la escena del Graffiti Español, así que me iba solo, a veces con Dose (Zeus), que también es ávido consumidor de arte. Pasaron algunos años después, (después de muchísimas marabuntas de problemas y situaciones de trapecista con riesgo), en que me negaba a difundir mi obra ni a mezclarme con gente del Graffiti y del Street Art, solo con Pone88 o con SixeArt entre otros, aun no había encontrado mi lenguaje con el que poderme expresar REALMENTE, aquello que ardía en mi pecho y que en parte dormida, o alergatada, la literatura, la poesía y la pintura-pintura, habían logrado despertar en mi.

Efectivamente, la fantasía, el sentimiento, la espiritualidad y la sexualidad están muy lejos de las bazofias con que la sociedad nos bombardea cada día. Por eso creo que la ola que nos invade es más bien mierda. Todos somos o seremos abortos. Dios debe de ser el primer partidario del aborto, ya que a ninguno de nosotros nos deja más solución que la muerte. Siempre nos resultará espinoso, y más para quienes pretendemos comprometer al arte y probar que el arte tiene que ver con la angustia, demostrar que se puede comprometer con la pintura marginal. Esta buhardilla es el símbolo de la miseria. Quizás tus cuadros son de contenido más liberal que tu graffiti execrable, entre los fúnebres redobles de tambores. Serán tus terribles descubrimientos, sultán del demonio, gracias a tus horrores y blanquinegros disfraces. Se sabe exactamente cómo ni cuando.

Después de un millón de intentos, entregado y febril, en 1999, llego muy lentamente, algo parecido a mi propio lenguaje, algo apenas audible y parco, pero, ¡QUE COJONES!, ¡ERA MIO! Era algo parecido a pintar almas, almas en desasosiego continuo, almas que reían sin boca y sin meritos, personas pudriéndose en la obscuridad más absoluta, como… desintegrándose o quemándose al son del tiempo y bailando.

Por fin podía pintar todo eso que había visto por las calles (y no me refiero en absoluto a los escaparates bonitos, a los niños correteando por los parques, las bellas muchachas en mini falda o todo eso que la gente ata con cuerda de esparto, frágil y de tacto rudo, que se denomina equivocadamente, “LO BELLO”, me refiero a todo ese sufrimiento alegre que campa por cada una de nuestras caras, calles y avenidas, a todo lo visto hasta entonces con mi visión tuerta de poeta, a todas esas personas anónimas que van y vienen en la era contemporánea y que sin cruzar apenas miradas llevan muecas de soledad, angustia y decepción, POR DONDE QUIERA QUE VAYAS Y POR MUCHO QUE LOS VEAS REIR.

En fin, a todo este desastre del paraíso prometido y nunca ofrecido por Dios alguno, ni por poder alguno, NI POR CIUDAD ALGUNA, ya que yo pienso que el ser humano, lleva una gran desgracia a sus espaldas por muy rico que seas. El ser cuerpo humano acarrea siempre tristeza y miedo a la muerte, a la miseria, al desamor, al acostarte y volver a despertarte, a las enfermedades mentales, a la locura, a esta ciudad que devora almas a cada segundo, a los horribles paisajes desolados de las grandes ciudades, que descompone en vez de forjar seres mas dispuestos a la vida, nunca enseñados y a no entender nunca “que” pasa y lo que es mas cruel aun, el “que” pasara después con nosotros de ser utilizados y arrojados a la muerte.

Después de muchos años MAS, (10 mas), de pulir este lenguaje mío tan horripilante y “bello” a la vez (bello solo para mi pues entiendo el sufrimiento como la máxima de la vida), ya sabia lo que estaba haciendo, ¡HABIA VUELTO A PINTAR COMO CUANDO ERA NIÑO!, de nuevo.

Cargas la pintura de un dibujo que quiere ser dramático, expresionista, pero sólo con la condición de revelarse a sí mismo. Dicho de otra manera: el horror no está aquí representado directamente, sino que se representa el modo de representarlo. El uso de tus contraposiciones sirve para degradar los paisajes del ser humano en planos alejados, contrastando con las perspectivas oblicuas y tortuosas de primeros planos de rostros y cuerpos que acojonan. La vida a veces es así de miserable, tanto como las atrocidades aparecidas en Mort Cinder de Breccia, en Necronomicon de Giger o en Bosz Art de Beksinski. La cuestión es salir de casa. Un gran abrazo al ambiente terrorífico, sanguinolento, imponente y espectral. Y tu pintura no muere, sólo mueren los hombres que visten el disfraz.

Mi pintura no quiere agradar aunque lo haga, sino mas bien actuar como un espejo, un espejo en el que nada se escapa a nada, un espejo que refleje a esta era contemporánea tan prodiga en grises y en matices de soledad y en decadencia y que este espejo devuelva la mirada, que como Perseo a la Medusa en su cueva, acabe convirtiéndola a ella en piedra, por razones mas que obvias.

Si se sucumbe se te aparta, si fallas se te elimina, si te has vuelto loco se te encierra, pero a la causa nadie la juzga, nadie la ataca, “así es la vida” oigo decir constantemente ante los hombres que deberían ser guerreros y no ratones, osea, sumisión y humillación. No cabe la compasión en el país de Don dinero que todo corrompe, no hay sitio para MOMO. Esta era tan risueña y tan falsa, llena de espectros mal heridos a quienes la gente pasa por encima de su historia de puntillas por no pisarle el cuello pues ya va apuñalado, donde se come bien y se duerme mejor, mientras que el otro medio mundo arde en llamas, donde los niños mueren de hambre, ¡LOS NIÑOS!, donde los Políticos destruyen lo creado anteriormente por pura codicia, sin arreglar nada.

Donde la religión es una gran Dysneylandia de la mentira y de la falsa moral que huele peor que las cloacas del Vaticano, donde se juzga lo ajeno con una insolencia sin limites y escupen como reyes borrachos de poder a las frentes de los ilusos y de los desesperanzados que se entregan al abismo con alegría fanática y ojos vendados, osea, que todo sigue igual pero de distinta manera que en el siglo XV. En un mundo donde la vida ha sido difuminada, donde solo somos meros espectadores de un juego destructivo, donde asistimos con bocadillos a presenciar las guerras enfrente de su TV, peleándonos por los mejores asientos, royéndonos los huesos.

Acabo de venir de ver una exposición de Julio González, en la cual me ha impactado gravemente el volver a ver una mascara de la serie “La Montserrat”, en bronce, el grito del horror a los bombardeos en Barcelona 100 años antes que hoy, también el grito de todos nosotros desprotegidos a cualquier masacre gratuita desde el aire, una cara que son todas las caras reventadas, una mascara que no oculta ya nada por que todo le ha sido despojado, incluso el derecho vital de morir dignamente, esa mascara es una revelación. Ese es el hilo conductor en el que el pasado y el presente de todas las épocas se dan la mano y se relevan en el arte, ese es mi sito, ese es el hilo por donde yo camino. El arte sirve para algo más que para decorar museos, es el alarido crónico e infinito de una existencia humana peligrosa y en el borde de la autodestrucción por simple curiosidad. Un despertar de las conciencias cegadas, un aviso de que aun estamos a tiempo.

Donde ya todos somos Jesuscristo crucificado y en el costado bien tajado para no escapar de nuevo a los montes y vivir dignamente. Y yo me pregunto cuando camino casi encerrado por el cemento, ¿Qué es la libertad?, ¿es esto real? ¿O vivimos una idea programada de otros? Somos la máquina que mueve toda esta locura, eso seguro, llenos de grasa-mierda, somos los responsables de que las galeras funcionen al ritmo del látigo. Todos tenemos un número de serie impuesto y estamos ferozmente vigilados y obligados a enseñar la papeleta por gorilas de palo grueso. Esto no es vida amigos míos. Esto es alienación.

Mi pintura, mezcla de consciencia-inconsciente, de agrado dudoso fuera de lo “guays” (¡que guayyy!, dicen, jajjjaja…), donde todo puede ser, por que ya ha sido en algún remoto confín, hacer de antena a tanta hipocresía y plasmarla, hipocresía ajena al dolor y a la realidad que nos disimulan con ocio nocturno (y sus drogas sintéticas histéricas), a la moda y sus horripilantes cadenas, al consumismo alocado y exacerbado, a la falsa enseñanza de vida disimulada en grandes catedrales de la incultura y sus libros a precio de oro y diamantes inalcanzables para el hombre medio, a enormes y marcianos museos de arte contemporáneo donde nadie entiende nada ni nadie se ve reflejado porque solo hay juegos artificiales de muchos colores, a las pilas de restos humanos cuidadosamente ordenados donde reposaremos, a los cuales humanamente se les llama cementerios. . A TODO ESO INTENTO YO GRITAR Y REPRESENTAR. Y a todo lo demás. El color ha huido de mi repertorio.
Pues de veras te digo que no pienso al pintar, la pintura surge sola, y se manifiesta así a través de mí, solo soy su amante.
Añado una frase aproximada de Gilbran; “El no querer ser comprendido, pues quien nos comprende nos quita algo de nosotros mismos”.

La aglomeración humana que habita la tierra, se ahoga, el entorno es asfixiante, espeso, maloliente. Las iras de los celadores de las bellas artes. Guarros de mierda que se amontonan y duermen en ellas. Mercaderes de pierna ortopédica. ¿Existen encuentros que aceptan conexión entre el noble arte pictórico y la contracultura de pintores que proceden de familias que saben “que más cornás da el hambre”? ¡Y un rábano! Temas tan apasionantes como el humanismo y la literatura, la materia, la mente, enzimas, metáforas, recuerdos, formación de la atmósfera, las estrellas, el hombre y el sol. Temas tan básicos como la construcción de un hombre, la supervivencia, la medición de su espacio, el nacimiento y la muerte. Vale destacar en este aspecto crear ágiles imágenes que plasmen la realidad para torcer la mano hábil y ligera de este mundo tan horroroso que sabe deslizar datos donde conviene o desee hacernos ver. El agotamiento de los recursos y los peligros de la victoria, tales como exceso de educación, de tecnología, de ordenadores, etcétera. Porque la droga, finalmente, no es un medio de evasión, la droga es la propia pintura, para aumentar el estimulante goce, sin ser un polla dura que se corre en su propio pantalón.

Antes de terminar, espero que l
a academia, tan bella, tan clásica, y tan conservadora ella, y por error, tome esta entrevista de FASIM y THABEAT y lea lo escrito, y luego la arroje indignado al fuego. Nuestras sacrílegas palabras jamás serán ni remotamente aceptadas. FASIM, eres el PINTOR ESPAÑOL, y tu proyección hacia el verdadero mundo que todos nosotros, sin darnos demasiada cuenta, estamos compartiendo con seres aún desconocidos. FASIM, el tiempo no existe y llevamos muchas horas sin dormir, ¿algo que decir?

SOY UN PINTOR ESPAÑOL, VIVA GOYA.