IVÁN KRAMSOI


scanner y colección Thabeat Valera

En 1863, trece artistas, liderados por Iván Kramskói (Moscú, 1837-1887), insatisfechos con la línea académica, crearon la llamada Sociedad de Ambulantes (Peredvizhniki), que pretendía recuperar cierta tradición pictórica rusa, en particular la pintura de iconos, pero con un tratamiento naturalista. Tuvo un enorme éxito y llegaron a un público mucho más amplio. En sus primeros veinticinco años de actividad, la Sociedad de Ambulantes atrajo la atención de los principales artistas rusos, produjo más de tres mil obras y alcanzó a un público de un millón de personas en cerca de quince ciudades. No sólo la pintura profana se vio afectada por las innovaciones de los Ambulantes. También el arte sacro de Mijaíl Vrúbel (1856-1911), Iván Kramskói y Nikolái Ge mostró la asimilación de sus principios.



Vrúbel perteneció al Círculo de Abramtsevo. Fue un dibujante de gran originalidad, que se enmarca en la transición del realismo al simbolismo: trató temas inspirados por la religión ortodoxa rusa, en particular con la figura del demonio. La influencia de la Sociedad de los Ambulantes fue tanta que obligó a la propia Academia a revisar sus posiciones: aceptó la tendencia, a la que llamó realismo ideológico, y más tarde contrató a algunos de sus miembros como profesores. La Sociedad luchó por un arte nacionalista que fuese también un arma de denuncia de las injusticias sociales; fue la avanzadilla de las vanguardias del momento hasta que ella misma, conquistada ya la aceptación de sus ideales por la Academia, comenzó a hacerse más rígida, proscribiendo las experimentaciones más radicales del Modernismo. Aun así, proporcionó la base para la posterior formación del Realismo socialista.