TOMY MEEVIWIFFEN





scanner y colección Los Valientes Duermen Solos
Rolling Stones (contra, portada e interiores)
LP, Their satanic majesties request, London (1967)
foto Michael Cooper
ilustración Tomy Meeviwiffen


"Hasta entonces, la impresión era entendida como aquella que queríamos plasmar en plano pero, los Rollings Stones, que se las sabían todas, se habían marcado un éxito editorial. Y en esta ocasión a costa de uno de sus más baluartes, una excelencia óptica que hallamos en esta esmerada edición en rústica, ¡su fotoretrato impreso en holográfia! Bueno, bueno, bueno. La cosa se está moviendo. Parece ser una visión reinventada en sus tres dimensiones, donde los colores y sus formas, quedan proyectadas como un sueño suspendido en el aire. Experiencia y vanguardia. Y en su interior, se nos muestra una espectacular galería de ilustraciones que completan esta magnífica edición. Mis primeros trabajos artesanales, como tipógrafo e impresor offset, se inician en rudimentarios talleres cuyos adelantos tímidos se remontaban en aquellos duros años de postguerra, a través de la dactilocomposición y ensayos en fotocomposición y afianzamiento en impresión offset. Esto ocurría en mi segunda residencia, el curro, donde acababa metido en la serigrafía, la flexografía, el stamping, la encuadernación y los acabados (corte, troquel, hendidos, relieves) tampoco se olvidaban algunos detalles, como la gramática (de la voz al libro). Por fin decidía el control ajustado de mi trabajo, pues, trataba de encarar así el contenido especifico, el ritmo del tecleteo, de la inspiración / información / estilo. Toda obra de arte está determinada en primer lugar por los materiales de que el autor pudo disponer, y por su habilidad para manipular esos materiales. De modo que sólo cuando se hayan evaluado a fondo las limitaciones impuestas al autor por sus materiales y sus condiciones sociales podrán comprenderse adecuadamente las preocupaciones estéticas y el lugar del arte en su historia. En el tira y afloja entre el arte y la ciencia, frecuentemente se ha hecho poca alusión a la fidelidad de su reproducción. En el siglo diecinueve los intelectuales poseían imprentas, demostrando la nobleza del arte de los impresores. La impresión de la portada, la cubierta (musical, literaria…) contribuyó a mejorar el oficio de las artes gráficas y el coleccionismo. Los pigmentos no son sencilla y únicamente color, sino sustancia con propiedades y atributos específicos, sin olvidar entre éstos el precio. Y es que, ya se sabe, el editor, más que males de cabeza, lleva una bala tan cerca del corazón que un mal susto podría hacerle estirar la pata, ipso facto."