DIEGO VELÁZQUEZ



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DIEGO RODRIGUEZ DE SILVA Y VELÁZQUEZ
DIEGO VELÁZQUEZ (Sevilla, 5 de Junio de 1599- Madrid, 6 de Agosto de 1660) 
PINTOR DE CORTE, PINTOR DE PINTORES


"Diego Rodriguez de Silva y Velázquez más conocido como Diego Velázquez, más que una imagen es el pintor de los pintores. El lienzo, en que está pintando es grande, y no se ve nada de lo pintado, porque se mira por la parte posterior, que arrima al caballete. Dio muestra de su claro ingenio Velázquez en descubrir lo que pintaba con ingeniosa traza, valiéndose de la cristalina luz de un espejo, que pintó en lo último de la galería, y frontero al cuadro, en el cual reflexión, o repercusión nos representa. El reconocimiento internacional de la figura de Diego Velázquez como uno de los pintores más significativos del Barroco se produjo muy tardíamente, en la segunda mitad del siglo XIX. Sin embargo los efectos que en la producción pictórica del pintor sevillano causó en el canon artístico que hasta la fecha se consideraba prácticamente inamovible fueron devastadores: hasta el mismísimo Rafael de Sanzio se vio afectado en su posición y, poco a poco, dejó de ocupar el primer lugar en la estimación pública. Semejante revolución en el gusto no tuvo como única causa que desde 1819 pudieran contemplarse en el Museo del Prado las pinturas de Velázquez que hasta el momento se hallaban en los palacios madrileños del rey de España; igualmente debe tenerse en cuenta el auge del nuevo concepto de modernidad estética que auspiciaban el romanticismo y el positivismo decimonónico, y el desarrollo de las modas pictóricas del realismo y el impresionismo. El arte de Velázquez se interpretó desde estos puntos de vista en la época contemporánea, así como también el de buena parte de la recién descubierta Escuela española de la pintura, cuyo momento culminante, denominado Siglo de Oro, se situó en el siglo XVII. Las dos primeras biografías de Diego Velázquez son las que aparecen en el Arte de la pintura, su antigüedad y grandezas (Pacheco, 1649), de Francisco Pacheco (1564 - 1644) suegro de Velázquez, y en El Paraiso español pintoresco laureado, tercer volumen del tratado El museo pictórico y escala óptica, de Acisclo Antonio Palomino (Palomino, 1724). Libros como el de Carl Justi (1883) o el de Aureliano de Beruete (1898) descubrieron a los europeos la figura de Velázquez. Si el primero lo situó en su contexto histórico y cultural, el segundo aquilató, con una rigurosidad que incluso en la actualidad se valora, un primer catálogo del autor, que en el tambien importante trabajo de Curtis (1883) se había visto exageradamente ampliado. Aun así, estos estudios, hijos de su tiempo, acuñaron esa imagen de un Velázquez pintor realista que ha llegado hasta nuestros días, y que recientes exposiciones en París, Nueva York y Madrid han explorado con mirada crítica. Fue entonces cuando el preimpresionista Velázquez sustituyó como máximo paradigma pictórico al idealista Rafael en uno de los mayores virajes de la historia del gusto estético sucedido en los últimos siglos. Buena muestra de tal afirmación es la consideración que las obras de Velázquez tienen en su mayor templo de culto, el Museo del Prado. Si bien el pintor ha gozado siempre de gran estimación en las paredes del museo madrileño desde su apertura en 1819, lo cierto es que el 13 de mayo de 1853 se inauguró la entonces llamada sala de la reina Isabel, su centro neurálgico, esta estuvo presidida por una obra de Rafael, La caída en el camino del Calvario, considerada a menudo la pintura más importante de la colección, lienzo que poco después fue sustituido por La Virgen del pez del mismo pintor. Hubo que esperar hasta 1899 - tercer centenario del nacimiento del sevillano- para que ese espacio, remodelado, se convirtiera en la actual sala Velázquez."