CUEVA DE LA PEÑA DEL CANDAMO


Período Solutense, c. 18.000 años BP. Figura antropomorfa. Pintura rupestre. Cueva de la Peña, Candamo (Asturias).




scanner y colección Los Valientes Duermen Solos
CUEVA DE LA PEÑA DEL CANDAMO 
(Período Solutense, c. 18.000 a.C. Candamo, Asturias)
FASES BIOGEOLÓGICAS


"El conjunto rupestre de la cueva de La Peña de Candamo, en el término de San Román de Candamo, es el más occidental de todo el largo corredor que forra la región cantábrica. Su posición, por tanto, viene a indicar del país de las laderas calizas intensamente carstificadas. La cueva se abre sobre la orilla derecha del rio Nalón, pero, a diferencia de otros conjuntos rupestres de su cuenca media, pocos elevados sobre el lecho actual del rio, nuestra cueva se abre en la parte alta de una ladera muy pendiente. "La Peña de Candamo" a unos 200 metros sobre el nivel del mar. De esta forma, su boca domina un amplio paraje y varias vías naturales de comunicación, como por ejemplo, los accesos al valle medio del río Nalón. Se trata, por tanto, de un emplazamiento cuyo valor estratégico para el control de manadas de animales es movimiento por el valle, y acaso para el control de otros grupos humanos, ha sido ya subrayado en ocasiones. La cueva fue estudiada en 1914 por E. Hernández Pacheco, quien, ayudado por J. Cabré y Benitez Mellado, realizó lo que para su época era un magnífico trabajo de documentación y análisis de las manifestaciones rupestres. No se localizaron industrias u otros restos de ocupación humana en el lugar, pero si en un covacha inmediato. Allí, un estrato, aunque de notable potencia, contenía una industria no muy abundante de época Solutiense (21.000-16.000 BO en la región), acaso correspondiente a ocupaciones antrópicas efímeras en el estilo. La cueva es corta y de dimensiones más bien modestas, pero no por ello está exenta de espectacularidad. Cuenta así con muy importantes y llamativas formaciones estalagmíticas -columnas, cascadas y suelos de gours- que condicionaron notablemente la organización del santuario rupestre, especialmente en lo referido a la elección de paneles e incluso a las mismas técnicas aplicadas durante el Paleolítico Superior. De hecho, estos desarrollos estalagmíticos limitaron la realización de representaciones a unos pocos lienzos accesibles y limpios, en tres o cuatro emplazamientos distintos. De otro lado, la formación de esas cascadas segregó algunas pequeñas salas elevadas, como el famoso "Camarín". En ese espacio, y tras escalar una cascada estalagmítica, los paleolíticos representaron algunas figuras animales visibles desde toda la Gran Sala central del interior de la cueva. Las representaciones comienzan en el techo inclinado de una sala anterior, fácilmente accesible desde un suelo en pendiente. Es la "Galería de los signos", donde encontramos tres motivos abstractos pintados en rojo y compuestos de varios trazos cóncavos, a modo de estrellas de tres puntas, junto a otros trazos simples, no figurativos, también en rojo. La mayor parte de las representaciones se centran sin embargo en la Gran Sala central, especialmente en un muro de casi 8 metros de longitud y notable anchura (en algunas partes, especialmente en su izquierda, sobrepasa los dos metros). El uso de andamios u otras formas de elevación fue por tanto necesario aquí, al igual que en otros sitios de la cueva, como veremos. Esta Gran Sala ventral es un espacio de unos 25 metros de largo, 20 de ancho y 15 de alto. En un lienzo algo anterior, muy elevado sobre el suelo de la Gran Sala, se dibujó también una figura de cabra en trazo negro, que al igual que las figuras del Camarín, se opone, dando frente, al Muro de los Grabados. Las técnicas aplicadas en Candamo son por tanto muy variadas: la sucesión observada en alguno de los paneles es de trazos lineales rojos o sienas primero, pinturas negras después y, por último, figuras grabadas con uso frecuente de estriados y raspados, a veces, asociados a trazos negros de contorno (en alguno de los ciervos y rebecos). La distribución de las técnicas parece vinculada a la accesibilidad de los paneles y a la misma visibilidad de las mismas: tiende a dominar la pintura en los sitios elevados y de difícil acceso, y los grabados pormenorizados en los paneles bajos y más accesibles. Haciendo balance, se han reconocido en La Peña de Candamo 15 uros, 11 caballos, 5 bisontes, 7 ciervos, 3 ciervas, 4 cabras, 3 rebecos, 1 jabalí muy dudoso, 2 dudos representaciones de focas y 2 antropomorfos. A partir de un examen crítico de la documentación disponible, acaso fuese ampliable el número de rebecos y de ciervos en detrimento, respectivamente, del de cabras y uros, pero el lamentable estado de conservación sobretodo de la parte baja de los paneles - donde se realizaron en mayor medida las figuras grabadas, de lectura más complicada- no permite demasiadas precisiones. Además, hay algunos signos en rojo en una sala aislada de la parte anterior de la cueva, series de trazos paralelos también en rojo, alineaciones de puntos negros y otros temas no figurativos. La Peña de Candamo es por tanto un conjunto complejo, formado por aportaciones sucesivas de pinturas y grabados esencialmente de los estilos III y IV antiguo de la serie propuesta por A. Leroi-Gourhan, que corresponden a las fases Solutrense y Magdaleniense inferior y medio (aproximadamente entre 21.000 y 13.000 BP). Probablemente se realizaron en la primera de esas fases .sin que pueda excluirse de hecho una cronología anterior para algunas de ellas, especialmente los dibujos en color siena- la mayor parte de los signos de los animales en siena, rojo o también algunos en negro, de la Sala anterior, del Muro o del Camarín. Y ya al estilo IV antiguo, algunas figuras en negro y los abundantes y excelentes grabados- ocasionalmente asociados a la pintura en negro- del muro de los Grabados. Los yacimientos de arte rupestre suelen denominarse “santuarios naturales” para distinguirlos de los verdaderos santuarios, en los que las formas y estructuras son obra intencionada del hombre, o lo son por lo menos en parte. Si hemos de ceñirnos a lo que se sabe en la actualidad, estos últimos, que deben considerarse como pertenecientes al Paleolítico, y tienen por lo tanto más de doce mil años son muy raros. En la estructura gramatical del arte se encuentran tres tipos de grafemas: pictogramas, ideogramas y psicogramas. En sus distintas categorías el arte prehistórico consta de un total de cuatro tipos de pictogramas: antropomorfos, zoomorfos, topográficos y tectiformes y objetos. Los ideogramas se dividen en tres tipos: anatómicos, numéricos y conceptuales. Estos tipos comprenden la casi totalidadde los grafemas que figuran tanto en el arte rupestre como en el arte mobiliar de todo el mundo. Los psicogramas aparecen sobretodo en el arte de los cazadores arcaicos, pero por ahora se conocen demasiado poco para poder establecer su tipografía. En realidad, puede afirmarse que la temática del arte prehistórico es extremadamente limitada."

CÉSAR GONZÁLEZ SAINZ, ROBERTO CACHO TOCA, TAKEO FUKAZAWA, Arte Paleolítico en la región Cantábrica. Cantabria: Universidad de Cantabria (2003)