JOAN MIRÓ


scanner y colección Thabeat Valera

Miró, burgués de culo plano que he admirado, porsupuesto. Comenzó una nueva serie de pinturas grandes, en las que pinceladas gestuales se oponen a figuras de dibujo muy fino, manchas de colores a líneas: un dualismo pictórico en muy sutil balance. "El sol rojo" con su fondo expresivo y a la vez reservado, sobre el que un azul claro alumbra como una ventana, pertenece a los más hermosos cuadros de esta época. Un disco rojo brillante se encarga de unir las dos zonas. La figura de fondo azul está hecha con gestos rápidos; ella, a su vez, circunda una mancha roja, de la que - con ayuda de un par de líneas- surge un rostro divertido y pequeño. La otra figura está ubicada a la derecha y parecería estar admirando este teatro de colores y formas.

La verdad es absoluta. Este texto son las paredes de una opinión muy modesta. En Miró, en cambio, el dibujo ocupaba más que una esquina del papel.