LOS VALIENTES DUERMEN SOLOS CHARLA EN GRAPHISPAG 2013


Lac Dye para conferencia Los Valientes duermen Solos (LVDS) en Graphispag (Fira de Barcelona, 2013)


LOS VALIENTES DUERMEN SOLOS
CHARLA EN GRAPHISPAG 2013
Archivo fotográfico Lac Dye

Con catorce años abandoné los estudios, cambié el colegio por el taller y las enseñanzas superiores de las artes y oficios del libro; esto se debía en parte en mi intriga en cuanto a dibujo, color, cálculo, mecánica, pigmentos, resinas y materias, con apariencia, olores, texturas, y nombres atrayentes embriagadores.

Con dieciséis años, en Talleres Gráficos Sanpons -imprenta del Gran Teatre del Liceu-, me inicio como cajista en una Minerva a pedal semiautomática, rodeado de helvéticas, excéntricas, cabezales, numeradores, palancas, grasa, aceite y tinta. Metía la mano a todos los orificios escondidos de la bancada, con un trapo humedecido con petróleo, sin estar humanamente convencido de que la imprenta es el "arte de reproducir en un papel u otra materia, por medio de presión, una plancha o unos carácteres impregnados de tinta". Sin embargo, persistía la lentitud del proceso del entintado. La solución empezó a vislumbrarse cuando comencé a trabajar con aquellos viejos impresores y fotocromistas del taller.

Es el caso de la producción y venta naipes, y modernamente algunos pintores famosos han ilustrado alguna colección, como es el caso de Marià Fortuny o Salvador Dalí. La enseñanza profesional que intentaba establecer el taller, estaba abierta por la química y la física, la tipografía, litografía, encuadernación y dibujo... pero no se olvidaban algunos detalles como trucar la fotografía de bodegón a través de la iluminación superior, y los retoques con planchas de zinc, magnesio y cobre, con acabados a plumilla, o con la hoja de afeitar sobre una mancha negra.



Minerva a pedal (semiautomática) Heidelberg T, en Talleres Gráficos Sanpons. Retrato fotográfico de Lac Dye (1995). 

La tirada con una plancha offset exigía muchos cuidados. El maquinista debía asegurarse de la buena regulación y colocación de los elementos variables de la máquina. Si la velocidad era de 3.600 hojas por hora, equivalía a una hoja por segundo o sesenta por minuto.

Las planchas eran de cobre, y se aprovechaban los días soleados para ser insoladas en el patio, con la luz natural del día. Los libros se encuadernaban a mano, con las telas de la España Industrial, con más de cincuenta años, que ya no existen en el mercado. Después con la aparición de las planchas presensibilizadas, las electrostáticas y las de difusión, se facilitó enormemente la forma de imprimir de manera que, sin grandes dificultades, cualquier persona del taller con un mínimo de precauciones así como de conocimientos podía llegar a maquinista.



Punzones y matrices del Gótico incunable Canibell. Grabado de Lac Dye en Tallers A. Sampons para el Museu de les Arts Gràfiques de Barcelona (1995).

En 1345, Ricardo de Bury, hacía las siguientes consideraciones en el prólogo del tan famoso Philobiblon o Tractatus pulcherrimus de amore librorum : "Pero la verdad de la voz únicamente la percibe con claridad el oído, ocultándose a la vista, la cual nos muestra matices de las cosas; la voz, al estar sujeta a una delicadísima vibración, empieza y acaba casi al mismo tiempo. En cambio la verdad escrita en un libro se muestra claramente a quien la lee, no de modo temporal sino permanente, y atrio de la imaginación, penetra en la estancia de la inteligencia recluyéndose en el lecho de la memoria, donde engendra la verdad eterna del pensamiento."
Habría que empezar por definir qué entendemos por tal palabra: imprenta. Pues bien, Gutenberg no inventó la imprenta. El mundo gráfico ha ido constantemente incorporando su quehacer nuevos productos hasta desembocar en la diversidad actual.

Un testimonio de nuestra historia asociativa son los ejemplos más antiguos como el estarcido en el Paleolítico o en las Pirámides de Egipto. Es curioso constatar cómo el asociacionismo gremial surge de los deseos de los maestros Sumerios, y sus cilindros para imprimir sobre arcilla, así como las impresiones en el mundo cultural de China y Japón, con plantillas de hojas de plátano sobre seda natural y papel de arroz.

Sin embargo, el hilo conductor del progreso industrial gráfico ha sido únicamente el libro. El paso de la copia manual al libro impreso significó un cambio radical en la extensión del conocimiento. Ya en el año 770 la emperatriz Shotoku de japón, dispuso que se sacase un millón de estampaciones de un bloque de madera -xilografía- con un texto que reproducía una cita de las escrituras budistas. También lo hizo Wang Cieh en China, en 868, por el procedimiento de la imprenta tabelaria, imprimió el primer libro de que se tiene noticia, llamado Sutra del diamante, hallado en 1907.

No tenemos elementos para saber si Gutemberg tuvo conocimiento de que ya en el año 960 se usaron en China tipos moviles de madera; o que en 1045 Pi-Sheng había practicado la imprenta con caracteres de arcilla endurecida, sometida después al fuego, o que en corea se fundían caracteres de metal hacia 1390, o que en 1403 el rei Tai Tiong de Corea ordenó grabar en cobre los caracteres del alfabeto coreano.

Se puede citar otros casos como la Gaceta de Pekin (908), El centurión y los soldados (1370), San Cristóbal de Buxheim (1418), La Madonna del fuoco (1425). Más importante aún, a partir del 1430 empiezan a aparecer los llamados libros bloque, xilográficos o tabelarios; el primero parece que es la llamada Biblia de los pobres / Biblia pauperum (1430) y le siguen Speculum salutis, Speculum humanae salvatore, Ars moriende. Estas obras eran impresiones tan reales y efectivas como lo fue la impresión tipográfica de la Biblia de 42 líneas (1455)

La invención de la imprenta fue un secreto bien guardado en Maguncia durante más de veinte años. En 1461, Albert Pfister la instala en Bamberg, siendo así la primera imprenta fuera de Maguncia y la segunda de Alemania. La primera imprenta instalada fuera de Alemania fue la que los monjes Conrad Sweynheym y Arnald Pannartz llevaron al monasterio benedictino de Subiaco, en la provincia de Roma. Durante mucho tiempo se creyó que la primera imprenta española podría haber sido instalada en Valencia (1474, 66 hojas en cuarto, ocho de ellas en blanco, en tipos romanos y de impresor desconocido). Barcelona en 1475, instalada por Juan Planck (Juan de Salzburgo).

La imprenta primitiva comprendía generalmente dos secciones: composición e impresión. Cuando terminaba esta última, si el libro llevaba dibujos o láminas que hubieran de colocarse, los pliegos pasaban a los iluminadores, y, en cualquier caso, después del libro, en rama, pasaba a los libreros, quienes los encuadernaban de acuerdo con los deseos del cliente.

La composición de los textos se llevaba a cabo en la sección de cajas. Normalmente el cajista componía de pie. La ilustración acompañaba al texto ya desde los inicios de la impresión. Lo practicaron excelentes artistas de la talla de Van Eyck, Alberto Durero, Jaques Callot, Jean Morin, Robert de Nanteuil o Rembrandt.

La gran invención de Guttenberg fue concebir carácteres móviles metálicos que pudieran combinarse para formar palabras y utilizarse tantas veces como quisiera. Para obtener cada letra hay que fabricar un punzón metálico muy duro, el cual estampado sobre un metal más ductil conforma la matriz.

En mi caso, tenía veintiún años cuando di lugar a mi primer molde, tipo o caracteres. Emulaba así a un fundidor de tipos, antes de que el sistema se mecanizara, añadiendo la aleación de estaño y antimonio en caliente. Las minervas semiautomáticas, fabricadas a principios del siglo XX, con las que trabajé, podían producir hasta veinte mil letras por día, mientras que con los procedimientos anteriores apenas llegaba a dos mil quinientas.

TALLER - IMPRENTA
LA PEDRERA DE GAUDÍ


A. Sanpons cierra sus puertas, y me propone trabajar para la empresa ARPI, uno de sus clientes situados en Las Ramblas de Barcelona -desde 1944 es una de las empresas referente del mercado español dedicada a la fotografía profesional. Durante ocho años me dedico como impresor y grafista en la imprenta que había dentro de la sala de exposiciones temporales de la Casa Milà (La Pedrera), que recoge todo tipo de catálogos y libros, organizados y producidos por la misma fundación o en colaboración de otras instituciones, que acercaban al gran público la obra de Durero, Goya, Fortuny, Kandinsky, Chagall, Dalí, Giacometti o Chillida. Con el inicio de la crisis y las obras del Auditorio de la Casa Milà, la imprenta desaparece.




Máquina offset bicolor Ryobi 522 GX. Retrato fotográfico, Lac Dye (2005).

La evidente tendencia en el mercado a tirajes más cortos, tanto en blanco y negro como en color y la disponibilidad de la impresión digital estaba forzando a los impresores con tecnología offset a reducir el impacto de los costes fijos de cada tiraje para hacer viable económicamente un número de ejemplares más corto.

Los retoques para reventar el punto de trama y aberración de croma eran infinitos: menos diafragma, control de presión, control de opacidad, cierre de negros y apertura de blancos. El espectro del CMYK es uno muy diferente al que podamos encontrar en una pantalla. Hay que corregir la diferencia colorimétrica entre pantalla (luz) y impresión (papel). En nuestro caso, cuando uno trabajaba con papeles muy especiales, con un blanco muy diferente, con una absorción muy particular. Así pues, si teníamos que retocar alguna imagen era bueno saber separar los canales y trabajarlos por separado.

En fotografía, las gotas frescas de un producto, para su publicidad, se falseaban a través de agua mezclada con glicerina o superglue. Me interesaban las primeras técnicas de edición digital de Bruce Fraser, el calado de máscara, las curvas de tableta… Más adelante acabaría por conocer a Xavi Carreras (Haut Touch), un verdadero pionero del retoque fotográfico en España. Hay unas técnicas que se pueden aprender si se pone en ello un mínimo de atención. Lo demás es cuestión de capacidad de cada cual, o, si se quiere, de eso que llaman talento.


Ricard Giralt Miracle, Alfabeto Gaudí (1962). Impreso en la imprenta La Pedrera por Lac Dye (2005).

Ricard Giralt Miracle, grafista e impresor, creó, en 1954, la editorial Els Llibres de l'Unicorn. Su obra, que abarca de carteles, catálogos, sobrecubiertas de libro y material publicitario, se distingue siempre por la calidad y la fantasía.

ARTS GRÀFIQUES AG
AMADEO MODIGLIANI, MNAC, MACBA, CCCB, ARTS SANTA MÓNICA, JOAN FONTCUBERTA, VICENÇ ALTAIÓ


Seducido por el sentido utópico y el valor constructivo del libro objeto, comienzo mi nuevo contrato como impresor en Arts Gràfiques, y me especializo en el gran formato y en densitometría ISO 12647 (percepción, impresión, tonalidad y espectrofotometría, conductividad, CMYK, HI-FI, y tintas directas). En 2012, Arts Gràfiques obtiene el premio europeo Top Aplication 2011 por la calidad en la fabricación del libro objeto para MNAC, MACBA, CCCB, Arts Santa Mónica, Palau de la Música, Teatre Lliure, Museu d'Història de Catalunya, Generalitat de Catalunya, Index Book, o artistas como Modigliani, Joan Fontcuberta o Vicenç Altaió.


Doce kilos de pantone artesanal creados por Lac Dye. Retrato fotográfico de Cran, Los Valientes Duermen Solos (2011).

Una de las características diferenciadoras entre imprentas és la habilidad de trabajar con pantones directos. Muchas veces nos encontramos que los tonos viran con la exposición a la luz o sólo con el secaje y al final tenemos un pantone un poco alejado a lo que queríamos. Así que lo mejor és prepararlo el día antes y ver que pasa. También nos encontramos con esos pantones muy "blancos" con lo que nos obliga a trabajar con lacas y blancos cubrientes o incluso barnices teñidos para conseguirlos.


Revista-libro CULTURA, Número 3, Generalitat de Catalunya, enero (2009). Impreso en Arts Gràfiques AG. Retrato fotografico por Cran, Los Valientes Duermen solos (2009).

Hay métodos para todos los gustos y más en las artes gráficas. Pero siempre hay que escoger un método que se adapte al proceso productivo. Para Enric Jardí optamos siempre para la publicación cultura, hacer una prueba de color en máquina. Esto añade coste pero se absorbe en un proyecto de gran calado y con unas especificaciones muy concretas. Para ello, es indispensable hacer una prueba de maquina para ver exactamente como reaccionan las imágenes sobre papel real, tintas reales, y maquina real.